Las cotizaciones en el mercado del gas descendieron, siguiendo el pesimismo generalizado provocado por el posible inicio de guerras comerciales de Estados Unidos con el resto del mundo ya el 1 de febrero de este año.

Sin embargo, todos los esfuerzos de Trump para que los países de la UE compren exclusivamente gas estadounidense parecen dirigirse a nada. Es poco probable que la UE decida renunciar al GNL ruso en el marco del 16º paquete de sanciones contra Moscú, ya que actualmente existe una alta dependencia de estos suministros.

El GNL ruso se ha convertido en una de las últimas fuentes significativas de dependencia energética de Europa después de la interrupción del tránsito de gas a través de Ucrania. Además, la adopción de sanciones requiere unanimidad, lo que será difícil de lograr debido a la fuerte resistencia de Hungría y la continua dependencia de algunos países del gas ruso. El año pasado, la UE importó volúmenes récord de GNL de Rusia, siendo los principales receptores Francia, España y Bélgica. En lugar de una interrupción inmediata de los suministros desde Rusia, la UE planea seguir una hoja de ruta destinada a reducir gradualmente las importaciones de recursos fósiles rusos.

Los políticos europeos prefieren evitar un endurecimiento abrupto de las restricciones sobre el combustible para no provocar picos de precios que ya han afectado negativamente a la situación de la industria local. Sin embargo, se espera que para los años 2026-2027 los nuevos suministros de plantas en construcción en Estados Unidos y Catar ayuden a reducir los precios del GNL.

Se espera que las sanciones contra Rusia se prolonguen solo si Ucrania restablece el tránsito de gas, detiene los ataques al "Turkish Stream" y deja de amenazar el tránsito de petróleo. En este momento, Hungría, que se opone a la introducción de nuevas sanciones, ya ha perdido 19 mil millones de euros debido a estas medidas, por lo que las autoridades del país no tienen prisa por aprobar nuevas restricciones.

Es evidente que la Unión Europea no tiene un plan alternativo en caso de que Hungría vete la votación sobre la extensión de las sanciones contra Rusia. Los paquetes de sanciones de la UE deben renovarse cada seis meses. Para ello, se requiere el apoyo unánime de los 27 Estados miembros de la UE. La próxima votación está programada para el 31 de enero.

En un contexto de creciente tensión entre la Unión Europea y Rusia, Hungría sigue siendo un actor clave capaz de influir en el proceso de renovación de las sanciones. A pesar de la necesidad evidente de una política estricta hacia Moscú, Budapest muestra un rumbo cada vez más independiente, lo que genera preocupaciones entre sus socios de la UE. Se especula que el liderazgo húngaro podría utilizar esta situación para fortalecer sus posiciones dentro de la Unión o para lograr otros objetivos políticos.

La falta de consenso sobre la política de sanciones pone en peligro la unidad de la UE, lo que podría debilitar su influencia en la escena internacional. Si Hungría decide vetar, se creará un precedente que otros países podrían utilizar para expresar su descontento y presionar a Bruselas. La UE necesita desarrollar una estrategia que minimice estos riesgos y garantice un funcionamiento más estable de los mecanismos de sanciones.

En cuanto al panorama técnico del NG, los compradores deben pensar en cómo recuperar el nivel de 3.915. La ruptura de este rango abre un camino directo hacia 4.062 y 4.224, así como el nivel de abril de 2023 en la región de 4.373. El objetivo más lejano sería la zona de 4.800. En caso de un escenario de corrección, el primer nivel de soporte se encuentra en la región de 3.734, cuya ruptura llevará rápidamente el instrumento de negociación hacia 3.567, y el objetivo más lejano sería la zona de 3.422.